En la celebración del jubileo, el Papa Francisco se dirigió a la comunidad internacional para solicitar "que no se ejecute ninguna condena a la pena de muerte en este Año Santo de la Misericordia".
El jefe de la Iglesia católica señaló que el Jubileo extraordinario de la Misericordia “es una ocasión propicia para promover en el mundo formas cada vez más maduras de respeto de la vida y de la dignidad de toda persona”.
En su discurso, de cara a la Plaza San Pedro, invocó el mandamiento "no matarás" que a su entender tiene un valor absoluto tanto para el inocente cómo para el culpable.
Sobre ello agregó que "el problema se debe enfocar en la perspectiva de una justicia penal, que sea cada vez más conforme a la dignidad del hombre y al designio de Dios sobre el hombre y sobre la sociedad".
Por último el Sumo Pontífice alertó acerca de la condiciones carcelarias que deben mejorarse "en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de la libertad”.