El papa Francisco recibió el Premio Carlomagno y convocó a Europa a dar forma a "un nuevo humanismo" con el que "evocar a los padres fundadores" y dijo que sueña "con una Europa donde ser emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano".
Al recibir el galardón por su "aporte a la unidad" continental y con un pedido de "diálogo, integración y capacidad de generar", el Pontífice criticó que hoy la familia europea "parece sentir menos suyos los muros de la casa común, tal vez levantados apartándose del clarividente proyecto diseñado por los padres".
"Hoy urge crear coaliciones, no sólo militares o económicas, sino culturales, educativas, filosóficas, religiosas" y que "pongan de relieve cómo, detrás de muchos conflictos, está en juego con frecuencia el poder de grupos económicos", pidió el Pontífice durante la ceremonia en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano.
Ante la canciller alemana Angela Merkel y los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, del Parlamento europeo, Martin Schulz y del Consejo de la Unión Europea, Donald Tusk, Francisco recordó los orígenes de la UE y lamentó que "aquella atmósfera de novedad, aquel ardiente deseo de construir la unidad, parecen estar cada vez más apagados".
"¿Qué te ha sucedido Europa humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad? ¿Qué te ha pasado Europa, tierra de poetas, filósofos, artistas, músicos, escritores? ¿Qué te ha ocurrido Europa, madre de pueblos y naciones, madre de grandes hombres y mujeres que fueron capaces de defender y dar la vida por la dignidad de sus hermanos?", se preguntó.
Tras recibir el Premio que la ciudad alemana de Aquisgrán le concedió por ser la "voz de la conciencia en defensa de los valores de Europa", el Obispo de Roma alertó: "Nosotros, los hijos de aquel sueño estamos tentados de caer en nuestros egoísmos, mirando lo que nos es útil y pensando en construir recintos particulares" por lo que habló del "desafío de la integración cultural".
Recordando su intervención en el Parlamento europeo de 2014, en la que criticó a la "anciana" Europa "tentada de querer asegurar y dominar espacios más que de generar procesos de inclusión y de transformación", el Pontífice convocó a "actualizar" la idea de un continente que sea capaz de "dar a luz un nuevo humanismo basado en tres capacidades: la capacidad de integrar, capacidad de comunicación y la capacidad de generar".
Sobre esa base, Francisco pidió una "capacidad de integrar" en un marco en el que "los reduccionismos y todos los intentos de uniformar, lejos de generar valor, condenan a nuestra gente a una pobreza cruel: la de la exclusión. Y, más que aportar grandeza, riqueza y belleza, la exclusión provoca bajeza, pobreza y fealdad. Más que dar nobleza de espíritu, les aporta mezquindad".
"Hay que buscar nuevos modelos económicos más inclusivos y equitativos, orientados no para unos pocos, sino para el beneficio de la gente y de la sociedad", conminó.
Fuente: Télam