Varias decenas de argentinos se encontraban ayer en Turquía cuando se produjo el golpe de estado que causó cerca de 0 muertos y la mayoría quedó varada, sin poder regresar, aunque hasta esta tarde no se habían reportado víctimas entre ellos.
Unos 60 argentinos estaban en el aeropuerto Ataturk, de Estambul, a punto de embarcarse para regresar cuando se desató el golpe y la embajada argentina en Ankara les recomendó que permanecieran allí porque era más seguro, dijo a Télam un funcionario de esa representación.
Entre esas personas, unas 40 formaban parte de una comisión de funcionarios y legisladores porteños, así como de la Fundación Suma, una ONG próxima a la vicepresidenta Gabriela Michetti.
La legisladora Carolina Estebarena dijo anoche al canal TN que no había certeza sobre cuándo se reanudarían los vuelos, que en el aeropuerto “hubo muchas corridas” y que desde la ventanas se veía “un grupo de 0 o 300 personas” que no se sabía “si son manifestantes o si se autoevacuaron”.
Michetti, en su cuenta de Twitter, expresó “profunda preocupación por el golpe de estado en Turquía” y por la situación de la directora de la Fundación Suma, Karen Zeolla, “varada junto a otros argentinos en el aeropuerto”.
También estaba en Estambul en el momento del golpe el embajador argentino ante la Unesco, Rodolfo Terragno, quien participaba de la reunión anual del Comité del Patrimonio Mundial del Organismo.
“No estoy varado; estoy en una reunión de la Unesco; la sesión de hoy fue suspendida pero volveremos a sesionar mañana”, dijo Terragno esta mañana a Télam.
Sin embargo, horas después la Unesco anunció, mediante un comunicado publicado en su sitio web, que la reunión “está suspendida hasta nueva notificación”.
Mientras tanto, la embajada argentina en Ankara habilitó el número de teléfono (+0) 5335489718, en el que atiende las 24 horas consultas relacionadas con la situación de ciudadanos argentinos, incluidas las tramitadas ante el consulado en Estambul.